Todas éramos las madres perfectas antes de convertirnos en madres.
- ¡Mira cómo le está hablando a su hija! Nunca que lo voy a hablar así a mi futurx hijx
- ¿Cómo que todavía duerme en la cama de los padres? Mi peque dormirá en la cuna desde el primer día.
- No voy a dejar que mi hijx me monte este numerito en público
- Voy a llevar a mi hijx siempre impecable
Seguramente todas hemos pensado alguna vez alguna de estas frases. Y aunque antes de ser madres estábamos seguras de nuestras convicciones… cuando nos convertimos en mamis ¡PAM! Nos topamos de frente con la realidad y nos comemos las críticas con patatas.
Porque sí, es muy fácil ver los “fallos” desde fuera, pero cuando una se encuentra en situaciones de “tierra trágame” o simplemente no puede más, nos alejamos de esa madre ideal que teníamos en la cabeza y solo podemos sobrevivir a la situación.
Además de todo esto, empiezas a leer, a informarte, a seguir cuentas y te topas otra vez con la “madre perfecta” que deberías ser. Que si lactancia materna es mejor, que si chupete sí chupete no, que si colecho, que si blw, que si silla del coche a contramarcha hasta los 7 años, que si juguetes Montessori, que si crianza respetuosa, que si que si…. Y va apareciendo la CULPA, al no llegar a todo.
Y ¡ojo! No es que no defienda todo lo que he comentado. Pero últimamente veo mucha presión en lograr ser las mejores madres, olvidándonos de algo esencial. NOSOTRAS.
Porque la lactancia exitosa, no tiene que ser la materna si esto te produce malestar. ¿Qué crees que es más beneficioso para tu hijx y para ti, sufrir cada vez que das el pecho o disfrutar dando el biberón?
Porque tener la habitación perfecta Pinterest Montessori no sirve de nada, si tu no estás bien.
Porque la crianza respetuosa funciona si respetas a tu hijx pero también si te respetas a ti.
Porque para ser la madre perfecta, hay que poner el foco también en ti.
No tienes que poder con todo. Delega, pide ayuda…
Y cuídate. No solo porque para poder cuidar hay que cuidarse.
Cuídate porque te lo mereces. Porque además de mamá, eres mujer.
Y recuerda, ya eres una buena madre, lo estás haciendo lo mejor que puedes con las circunstancias que tienes. Para tus hijxs, eres la madre perfecta, hagas lo que hagas, ellxs te admirarán y te querrán por encima de todo. Porque sí, todos lxs niñxs aman de forma incondicional a sus padres.
Si te gustaría descubrir cómo educar con respeto mediante la disciplina positiva, no te pierdas el curso online “Educar en positivo”
