Cuando empiezas a conocer un poco más sobre la inteligencia emocional, a veces surgen dudas acerca de cómo llevar a cabo una educación basada en las emociones y el respeto en el día a día.
Hoy te traigo una selección de preguntas que son IMPRESCINDIBLES para empezar a poner en práctica desde YA la educación emocional en casa.
1 ¿Sabes que enfadarte cuando algo no te gusta está bien?
Esta pregunta puede parecer extraña cuando uno la lee por primera vez. Porque generalmente se nos ha hecho creer que estar enojado es malo. Y por una parte puedo entender el porqué de esta confusión. Y es que a veces solemos expresar la rabia desde el descontrol y la destrucción.
Sin embargo, la rabia es, como todas las emociones, una emoción completamente válida y la sentimos para aprender algo de ella. Cuando sentimos rabia, nuestro cerebro nos indica que algo no nos gusta o que algo está siendo injusto y nuestro cuerpo pone en marcha diferentes estrategias para defenderse. ¿Visto así no suena tan mal verdad? Cuando le enseñamos a nuestro peque a verbalizar la rabia y a identificar el motivo de esta (evitando tacharla de mala), será más fácil que pueda gestionarla de una forma más adaptativa y respetuosa.
2 Te has equivocado ¿Buscamos juntos una solución?
Los niños no nacen aprendidos e, igual que los adultos, se equivocan. Hay que añadir que su cerebro aún tardará años en desarrollare y por eso, muchas veces, parece que deberían tener las cosas aprendidas y de repente aparece de nuevo el comportamiento inadecuado.
Por ejemplo, cuando un niño aún no ha aprendido a gestionar su rabia, es frecuente que pegue, muerda o tire del pelo y por mucho que sepa que ese comportamiento está mal y se lo hayamos explicado mil veces, cuando está enfadado, el comportamiento vuelve.
En estos casos, debemos explicarle que lo que está haciendo no es lo correcto (negamos conducta, no negamos al niño).
Y no debemos quedarnos aquí. Debemos ir más allá: ofrecerle alternativas y buscar soluciones conjuntas para que pueda aprender de sus errores.
Por ejemplo: Si te ha pegado, puedes decirle: «¿necesitas descargar la rabia? Ten, pégale a este cojín.» y cuando esté más calmado añadir: «Me has hecho daño ¿crees que podrías hacer algo para que me sienta mejor?»
Recordad, el error no es algo negativo. Todos nos equivocamos. Si nosotros lo vemos como una oportunidad para aprender a hacer las cosas mejor, ellos poco a poco también lo verán así. De esta forma, salimos del bucle de buscar culpables y entramos en el camino de aprender habilidades para la vida.
3 Sé que no te ha gustado el límite que te he puesto. ¿Quieres hablar de cómo te sientes?
Observa y aprovecha las oportunidades para hablar de sus emociones. Ayúdale a ponerle nombre a la emoción que está sintiendo. No le niegues sus sentimientos, sino más bien acompáñale para que aprenda a entender qué le pasa.
Muchos de estos enfados vienen derivados de una lucha de poder con nosotros. Si te gustaría saber cómo lograr que tu hijo te haga caso sin entrar en esta lucha, puedes descargarte gratis el ebook «Di NO al no». En él, encontrarás muchas estrategias y ejemplos prácticos para lograr la colaboración de tu peque sin utilizar la palabra NO.
4 Estás triste ¿Cómo puedo ayudarte?
Cuando decimos «no llores» o «tranquilízate» pensamos que hacemos lo correcto para nuestros hijos. No queremos que estén triste, que lloren. No queremos verlos sufrir. Queremos terminar rápidamente con su malestar y buscar rápido la solución que nosotros creemos que es la mejor para él. Sin embargo, estas frases lo único que consiguen es generar más malestar, ya que sienten que su emoción no es válida. Sienten que no les acompañamos como a ellos les gustaría. Dime ¿Te has tranquilizado alguna vez cuando te han dicho tranquilízate? yo, en mis 30 años, de momento nunca me he tranquilizado. En los momentos donde he sentido tristeza, necesitaba que me acompañaran. A veces con un abrazo, a veces sintiendo que la otra persona está cerca, a veces estando sola pero sintiendo que la otra persona estaba disponible.
Preguntarles qué necesitan y cómo le puedes ayudarlos, te permite entenderles mejor y actuar según sus propias necesidades. Además, tu hijo sentirá que le respetas, que le quieres ayudar y que le entiendes.
5 ¿Estás orgulloso de tu logro?
Cuando te conviertes en mamá o papá estás muy orgullo de cada paso nuevo que hace tu hijo. Esto sin duda. Sin embargo, cuando les decimos «estoy orgulloso de ti» ponemos el foco en nosotros y no en el niño y puede que las futuras acciones del niño se vuelvan dependientes a «tengo que hacer que mis padres se sientan orgullosos de mi».
Cuando cambiamos el foco y utilizamos la pregunta «¿Estás orgulloso de tu logro?» automáticamente el niño se siente valioso por lo que hace y por lo que es. El foco está en el mismo.
6 ¿Qué necesitas?
Esta pregunta tan simple puede hacer que muchos malestares en casa se reduzcan. Porque a veces pensamos que por ser sus padres sabemos qué es exactamente lo que necesitan y nos olvidamos de lo que realmente ellos sienten que necesitan.
Me explico. Recuerdo una familia donde cada mañana era un infierno despertar a su peque. Ella lloraba y seguía muy irritable toda la mañana hasta llegar a la escuela. Un día les propuse que le hicieran esta simple pregunta y.. ¿sabéis que? Ella les contestó que no le gustaba que encendieran las luces tan rápido ni llegaran a la habitación con voz tan alta. Ella necesitaba un despertar más lento. Así que en los siguientes días los padres probaron a acercarse a la cama, con voz suave, estirarse con ella y mantener la luz ténue. Desde entonces siguen haciéndolo así y los despertares se han convertido en un momento de conexión entre ellos. ¿ No os parece mágica esta pregunta?
Si quieres aprender formas eficaces de comunicación positiva, herramientas para lograr una mayor conexión y educar desde el respeto, la firmeza y el cariño, el curso EDUCAR EN POSITIVO es para ti!
Un curso en formato vídeo, con ejercicios de reflexión, ejemplos muy muy prácticos para resolver situaciones en las que seguro que te encuentras en tu día a día y donde podrás encontrar las respuestas detrás de la conducta de tu hijo.
Si te gustaría saber más, haz clic aquí o en la imagen siguiente:
